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El ojo de Sevilla

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domingo, 8 de febrero de 2009
Publicado en la revista Pasión en Sevilla
Tras siete años de preparación, la Hermandad de la Amargura presentó el pasado 18 de diciembre dos tomos de alta calidad dedicados a la historia y al patrimonio de la corporación, donde destacan importantes fotografías inéditas y crónicas de los acontecimientos que han sucedido en San Juan de la Palma

JAVIER MACÍAS
Cómo resumir los más de tres siglos de historia de una cofradía en 600 páginas. Cómo definir con palabras la excelencia más sublime hecha cofradía, desde la Cruz de Guía hasta la música. “Amargura. La Hermandad de San Juan de la Palma” consigue, tras siete años de duro trabajo, condensar en dos tomos la historia, el patrimonio y la antropología de esta señera cofradía del Domingo de Ramos.

En el año 2001, la Hermandad de la Amargura comenzaba a preparar los actos para celebrar el L Aniversario de la Coronación de la Virgen, en 2004. Para entonces, la Junta que presidía Fernando Peinado Sánchez de Lamadrid comenzó a vislumbrar la posibilidad de sacar a la luz un libro que recogiera todos los aspectos de la corporación. Aunque en un principio parecía factible, se hizo necesario retrasar la edición para más adelante por las dificultades que planteaba una obra de esta envergadura.

Los trabajos de preparación duraron hasta el 21 de noviembre de 2008 –día que se conmemora el aniversario de aquella importante efeméride-, justo cuatro años después de la fecha prevista, cuando se terminaron de imprimir las 1.000 copias que la Hermandad ha estipulado para su primera edición. El libro, que fue presentado y puesto a la venta el pasado 18 de diciembre, ha vendido ya más de 200 unidades. Y es que, para lo hermanos de San Juan de la Palma, se ha convertido en el regalo de estas Navidades.

Con Carlos Colón como prologuista y un importante elenco de autores expertos en diferentes ámbitos, entre los que se encuentran muchos hermanos de la Amargura, se desarrolla en dos tomos que se dividen, a su vez, en cuatro bloques: el primero sirve de introducción a la obra, definiendo cada uno de los aspectos de la corporación. Le siguen, por este orden, el bloque dedicado a la historia y un estudio antropológico de los hermanos a lo largo del siglo XX. El último bloque está destinado al patrimonio que, a la par de incluir descripciones de todas las obras de arte –desde la imaginería a la música-, presenta fotografías de todas ellas. Los bloques primero, segundo y tercero forman parte del primer volumen, mientras que el segundo volumen se ha destinado completamente al patrimonio.

La definición de un canon
“Cómo San Juan de la Palma hiere de belleza”. Así se titula el prólogo de Carlos Colón, que concreta con palabras el significado que tienen las imágenes, la cofradía, los pasos, el exorno, la música y toda la hermandad.

“Por eso si las cosas se hacen bien, si la cofradía brota de sus Imágenes, todo lo que integra –túnicas, insignias, cortejo, pasos, música, exornos- es un eco del misterio que estas Imágenes proclaman. Y en San Juan de la Palma, como es fama en Sevilla, las cosas se han hecho bien”. De este modo, en forma de siete escenarios de la corporación, va tratando los aspectos de la misma.

La historia
La Amargura se fundó en 1696 en la parroquia de San Julián. Sin embargo, la realidad que forma la actual corporación viene de más atrás, con la Hermandad Sacramental de San Juan de la Palma. Se establece, así, un primer capítulo dedicado a los orígenes de la Sacramental hasta la fundación con la de Penitencia, que es tratada en un capítulo posterior. Estos dos monográficos representan el primer estudio que se realiza sobre la Sacramental, por lo que descubre aspectos inéditos hasta ahora. En el primero de ellos, se recogen datos interesantes como las fusiones con otras dos corporaciones, sus actividades y cultos, así como la vinculación que con ella tuvieron personajes de la talla de Hita del Castillo.

Por su parte, el capítulo sobre la fusión, indaga en los cultos en honor al Santísimo que ha venido desarrollando la Hermandad de la Amargura a partir de la unificación. Este interesante estudio, a su vez, va acompañado de una serie de fotografías que reflejan la realidad social de la época.

En cuanto a la historia de la hermandad de penitencia, comienza con un capítulo en el que se analizan las claves de la fundación de la Amargura, en San Julián y de sus primitivas reglas. En él, se indica la posibilidad de que “la aparición de la hermandad, en la última década del siglo XVII, no supone una nueva fundación, sino que se trata de un resurgimiento o nueva creación de otra hermandad más antigua: la de la Hiniesta”. Por otra parte, también se da pie a otra hipótesis que contradice la anterior, abriendo la posibilidad de que tanto la Hiniesta como la Hermandad del Silencio –como se conocía originalmente a la de San Juan de la Palma-, convivieran en San Julián. Por último, el capítulo trata las razones del traslado hasta el templo actual.

El siglo XVIII trajo consigo la inestabilidad a la corporación. En el apartado que trata esta primera época de la Hermandad de la Amargura, se explica cómo se fue consolidando en San Juan de la Palma, pasando por etapas oscuras hasta llegar al año 1808, cuando diversos avatares como la llegada de un “nuevo régimen” y la invasión francesa, dejaron casi inactiva a la corporación. Durante este siglo se incorporó el grupo escultórico de la Virgen con San Juan. De hecho, se cuenta que fue en 1708, cuando aparece por primera vez en un inventario la existencia de una talla de candelero que, probablemente más adentrado el siglo, fue adaptada por Hita del Castillo para conseguir establecer ese diálogo imposible con el Discípulo Amado.
El siglo XIX comienza con el resurgir de la hermandad, en 1828, de la mano de un grupo de jóvenes entre los que se encontraba uno de los mayores benefactores de la historia de la cofradía, como fue Mariano de la Cuesta, que también ocupó el cargo de mayordomo. De entre todos los acontecimientos de esta etapa, destaca el conocido incendio del paso de palio cuando éste transitaba por la Plaza de San Francisco, en 1893.

Este incidente da paso a un nuevo siglo, el XX, donde la hermandad crece en todos sus ámbitos hasta convertirse, muy pronto, en una de las más importantes de la ciudad. Este capítulo, que empieza con la codificación del estilo del “Silencio Blanco”, donde los nazarenos unifican sus hábitos y se conforma el ideario actual de la cofradía, termina con uno de los mayores hitos: la coronación canónica. En este capítulo, además de desvelar estos dos acontecimientos, va apuntándose el engrandecimiento del patrimonio, desde el paso de palio azul de Rodríguez Ojeda, canon de toda su obra posterior, hasta el actual paso de palio, pasando por los cambios en el misterio y la música procesional, con el nacimiento del himno de la Semana Santa: la marcha “Amarguras”. Es aquí donde tres genios configuran todo el patrimonio de la corporación: Cayetano González, Rodríguez Ojeda y Font de Anta. Esta primera mitad de siglo supone la parte más prolija de todas en cuanto a acontecimientos, dados los acaecidos con la Guerra Civil cuando tuvieron que ser ocultadas las imágenes en la calle Marqués de Paradas, la efímera existencia de una centuria romana tras el misterio y la salida extraordinaria de la Virgen, junto con la Macarena y el Valle con motivo del patronazgo de la Virgen de los Reyes, en 1946.

Las bodas de plata y oro de la coronación canónica, sirven para encuadrar las dos últimas etapas de la historia, divididas en sendos capítulos. En el primero, que analiza todo lo acaecido hasta 1979, se estudia de manera destacada las relaciones que la corporación mantenía tanto con la Archidiócesis –por el cardenal Segura-, como con el Régimen –por Luis Ortiz Muñoz-; la instalación del retablo mayor para situar a la Virgen en la presidencia del templo, el traslado al Hospital de los Viejos por obras en San Juan de la Palma, el mantenimiento del patrimonio, la construcción de la casa hermandad y la creación de la cuadrilla de hermanos costaleros y del grupo joven.

Por último, el apartado que analiza la historia reciente de la corporación. En forma de crónicas se distribuyen algunos de los acontecimientos como las restauraciones de la imágenes, la salida frustrada de 1982, cuando la lluvia se cebó con el paso del Señor o los actos del tricentenario de la hermandad. La visita de la Virgen al Convento de las Hermanas de la Cruz, con motivo de la canonización de Santa Ángela y los fastos del 2004, con motivo del L aniversario de la coronación, ponen punto y final a este bloque temático.

La antropología, por su parte, es explicada tomando como punto de partida el año de la coronación de la Virgen hasta la actualidad e incluye gráficos sobre los sectores de la ciudad, en los que residen los hermanos.

El patrimonio
El tomo segundo de la obra llama la atención tanto por el contenido informativo como por el gráfico. Muchas de las piezas materiales, musicales o literarias de la hermandad son analizadas pormenorizadamente por diversos expertos en materia de bordados, platería, insignias, imaginería, restauración, cerámica, pintura, literatura y música.

El Arte en San Juan de la Palma, constituye uno de los principales conjuntos de toda la ciudad. Según el hermano mayor, José Luis del Pueyo Ortiz, “ha sido difícil plasmar en un libro todo el patrimonio de la hermandad, con fotografías incluidas”.

Todo este trabajo se concluye con un índice onomástico que ha realizado Amparo Rodríguez Babío.

Las restauraciones de las imágenes

El libro de historia y patrimonio de la Amargura descubre aspectos desconocidos de la hermandad. De entre todos ellos, cabe destacar dos capítulos recogidos en el segundo volumen referentes a las restauraciones de las imágenes, a mediados de los noventa en el I.A.P.H., que están realizadas por los propios restauradores.

Fuensanta de la Paz Calatrava restauró, en 1995, la imagen del Señor del Silencio en el Desprecio de Herodes. En este capítulo detalla los aspectos técnicos de la intervención e indica el estado de conservación que tenía la talla cuando llegó al Instituto y el tratamiento realizado tanto en el soporte como en la policromía, detallando que “la posibilidad de acceder al antiguo cuerpo del Señor, nos aportó valiosos datos que han quedado documentados. Entre otros se detectó la presencia de la policromía original”.

Por su parte, Joaquín Cruz Solís, que restauró en el mismo centro tanto la imagen de la Virgen como la de San Juan, plasma el informe final de la intervención. Como él mismo detalla, “el problema más importante y de más responsabilidad que tenía la restauración de la imagen era, sin duda, la limpieza del rostro y cuello, ya que se encontraba su policromía totalmente desentonada con zonas excesivamente limpias por desgastes que contrastaban con otras con repintes y manchas oscuras que perturbaban la contemplación de su bellísimo rostro. (…) En el I.A.P.H., se obtuvo con ordenador delante de la Comisión de Seguimiento una reconstrucción virtual de la limpieza del rostro, tomando como base colorimétrica la zona anterior de la oreja derecha”.

En ambos capítulos aparecen espectaculares fotografías de las intervenciones de los titulares, algunas realizadas por los mismos restauradores.

“Amarguras” en la zona roja
Como dato curioso, mientras las imágenes de la Amargura se exiliaban en cajones en un almacén de la calle Marqués de Paradas, en la Barcelona republicana sonaba “Amarguras”.

Cuando el gran sevillano D. Antonio Filpo estaba en Barcelona durante el dominio republicano, oculto en un inmueble de las Ramblas, oyó una marcha a lo lejos y no podía creer lo que sus oídos escuchaban: “¡Amargura en la zona roja, sin Dios!”… Cuenta el periodista –Pedregal- que todo el amor a Sevilla del señor Filpo “se le subió del corazón a los ojos”… “Y era un entierro en el que unos músicos (algunos de ellos sevillanos) iban tocando la famosa marcha, que canta, con tristezas, a la Madre de Dios”.

El autor

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Periodista, licenciado en 2010 por la Universidad de Sevilla. Redactor interino de ABC y de la revista Pasión en Sevilla.

Nueva etapa

Tener un blog debe ir acompañado de tiempo y, sobre todo, ganas. Quizás haya sido la apatía la que ha generado que este espacio haya estado abandonado durante más de nueve meses.

Pero ahora, con un nuevo diseño y otros bríos vuelve a estar activo. He utilizado un programa llamado Artisteer y creo que es el motivo de la repetición de la palabra "Trial". Si alguien sabe cómo arreglarlo, puede enviarme un correo a javiermacias86@gmail.com.

Pido disculpas desde aquí por todo este tiempo y os animo a visitarlo y participar.

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